Solo basta con cerrar mis ojos e imaginar, que a mi lado ahi una hermosa mujer, de tez blanca y tersa, con un olor dulce, casi como el de un durazno, cuerpo delgado, con unos senos no muy grandes pero eso si; bien firmes, tanto como mis intenciones de hacerla mia, un vientre plano e interminable como el purgatorio, que con su pequeña y delicada mano toca mis senos y recorre mi vientre hasta llegar ahi donde se encuentra la muerte.
Aquí es donde tomo muy enserio mi papel masculino, se que ella necesita de mi como yo de ella, que hay deseos que imperativamente hay que complacer, la tomo entre mis brazos y la beso con desenfreno, mi lengua trata de recorrer su espalda pero se distrae por lo torpe que puede llegar a ser. Mis ojos buscan sus grandes y obscuros ojos, mientras me pierdo en ellos, puedo sentir toda tu sexualidad frente a mi, trato de devorármela pero me es imposible, siento como vibras, y logro escuchar pequeños sonidos de placer eso me excita desmesuradamente, siento como te vienes en mi boca. Me recuesto a tu lado buscando refugiarme entre tus brazos, cierro mis ojos, solo quiero descansar….
De nuevo estas tu a mi lado, sin verme a los ojos; supongo que estas agotado, el olor a durazno se ha desvanecido, como me gustaría que me vieras con esos ojos grandes y obscuros que ya no están ahí. Lo único que tienes para ofrecerme, son unos parpados cerrados llenos de indiferencia o cansancio.
omaiga'
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